“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre,....”
Apocalipsis 3:7
Dios prometió para Pedro las llaves de reino; esto implicaba autoridad y poder para atar el poder del enemigo y desatar el poder de Dios. Dentro de todas estas llaves del Reino, ninguna como la de David, la llave de la adoración, adoración continúa. Amén.
David descubrió una llave para abrir y cerrar los cielos. Es la llave profética disponible hoy para la Iglesia.
¡Iglesia llegó la Hora de la Adoración Continua....!
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